En definitiva mi personalidad es tradicionalista, es decir,
seria, callada, práctica, lógica y confiable, soy buena para el trabajo que
requiere una atención muy cuidadosa con los detalles, tales como contabilidad o
auditoria, por tanto, ante una renuncia generaría un comunicado formal, que
demuestre seriedad no solo porque me consideren seria, sino que manifieste que el
tiempo que laboré para esa empresa lo consideré así y mis labores las desempeñé
con seriedad.
No solo se debe pensar “quiero irme de aquí ya” sino dejar
una buena imagen, de un colaborador responsable, que dejó sus tareas cumplidas
y sin labores a medias.
Renunciar implica dejar un rastro que pueden ver otras
empresas, las referencias que da una empresa a otra de nuestras capacidades,
habilidades, valores y humanismo debemos procurar mantenerlas intactas al irnos
de un trabajo, por ello mi comunicado seria inicialmente escrito y formal, con
mucha seriedad, explicaciones generales pero razonables y por una causa
verdaderamente importante, que deje una perspectiva de ser alguien en busca de
desarrollo y no una persona mediocre o poco capaz.
Por respeto a las necesidades que le genere a la empresa por
causa de mi renuncia, por ejemplo, búsqueda de personal que me sustituya, y por
la rebaja a mi salario que se me generaría, mi renuncia seria con 3 meses de anticipación
y procuraría no dejar caer la calidad de mi trabajo durante ese periodo para no
afectar mi reputación.
Considero que la cuestión de cuidar la imagen no es un afán
en ser superficial, sino que es una cuestión de inteligencia.
Posterior al comunicado escrito, me haría presente a mi
jefatura inmediata para conversar el tema, escuchar sus comentarios (en caso de
ser necesario escucharlos o existir confianza para ello) y asegurarme que mi decisión
quede clara.
Una renuncia ciertamente habla mucho de nuestra
personalidad.
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